Familias desestructuradas
La familia es la principal unidad de desarrollo donde se van a adquirir muchas competencias a nivel emocional, funcional e intelectual. La base segura en relación con el medio en el que se desarrolla y el uso del mismo código según el contexto y situación social a la que se esté vinculado, la desestructuración familiar viene dado por situaciones de conflicto y predisposición a vulnerabilidades que desestabilizan esa base segura.
La familia la integran un conjunto de miembros que dentro de un conjunto más amplio, comparten vínculos afectivos y estrechos cuya función es dar estabilidad y permitirá ser una base de desarrollo del propio del yo para que le permita crecer, cada miembro tiene una función y cada miembro tienen una identidad propia que en relación con los demás se fomentan relaciones únicas. Si a estas aportaciones individuales únicas se le suman el conjunto de valores que fomentan la convivencia por ejemplo, el respeto, la autonomía, la verdad... todo ello es un refuerzo frente a las adversidad del mundo exterior y en los futuros retos que puedan plantearse.
De manera que la unidad familiar cubre o debería cubrir todas las necesidades basadas en la más inmediata supervivencia, como es la obtención de alimento, seguridad, convivencia social... a raíz de ello condicionará ya sea por influencia genética o ambiental quien es el individuo.
¿Por lo tanto qué ocurren cuando las bases familiares se ven sometidos a adversidades que hacen tambalearse el núcleo familiar?
Aquí empezamos a hablar de familias disfuncionales en las que el conflicto es el principal elemento que desestabiliza el sistema familiar y donde los miembros que integran la familia pierden el sentido de sí mismos, la necesidades van orientadas a los intereses particulares de algún/os miembros pasando a un segundo plano las necesidades del conjunto, el control y abuso de miembros sobrepasan los límites de otros, anulando y pasando por alto sus necesidades. Los celos, las envidias y los reproches son constantes y forman parte del día a día, no se aportan soluciones de las complicaciones diarias que puedan surgir generándose más frustración y sentimiento de impotencia situaciones difíciles que se puedan dar en otros ámbitos.
Se puede acabar desarrollando, lo que los profesionales hacemos referencia como indefensión aprendida, se genera una idea en la que el que la persona no valora sus capacidades por encima del resto o piensa que por sus propios medios no puede resolver una situación dada, por lo tanto falta de confianza en uno mismo y se generan una cantidad de inseguridades que frustran, sabotean y bloquean los objetivos personales en uno o varios ámbitos. Si el clima o entorno también es desfavorable a que la persona pueda ser ella misma su estabilidad emocional corre verdadero peligro.
Por otro lado se genera un ambiente en el que la actitud defensiva se convierte en parte de las estrategias para sobrevivir en un ambiente que se percibe como hostil, se desarrolla un escudo o coraza protectora que defiende y aísla de los posibles peligros, se desarrolla una importante sensación de alerta y amenaza constante y se vive con la persistente sensación de que algo malo puede pasar, se fomenta la sensación de miedo y falta de confianza entre los propios miembros. Miembros entre quienes realmente cabría que encontrar un punto de apoyo en donde refugiarse cuando algo amenaza la sensación de confianza o integridad. No hay lugar de descanso posible que no sea estando solo o poniéndose a salvo huyendo de estos entornos más conflictivos.
La comunicación no caracteriza a este tipo de familias, ya que hay muchas situaciones que se pasan por alto y las prioridades no dejan de ser conflictos que no se terminan de solucionar y generan una constante resistencia de avance. La crianza que pueda darse en este tipo de entornos tan complicados pasa por el temor y la inseguridad.
Pueden existir diferentes tipos de familias disfuncionales en las que existen problemas de adicciones en los que el problema principal sea una abstracción completa de las necesidades mas inmediatas de la familia para satisfacer la ansiedad y la necesidad de consumo, por desórdenes mentales el desajuste puede ser tan grande debido al padecimiento una depresión, psicopatía, algún delirio reforzado que genere tal grado de sufrimiento desarrollando en mayor medida un comportamiento antisocial y de aislamiento, familias disfuncionales por abuso (puede ser sexual, psicológico, o físico). Relaciones conflictivas entre el padre y la madre que dan lugar problemas de coherencia en la educación y valores afines, problemas tradicionalmente adquiridos como relaciones y comportamientos machistas en las que el rol de poder y control lo asume la figura del padre y el rol sumiso de indefensión y acatamiento de normas lo asume la madre, de manera que esto pueda acabar perpetuándose en las generaciones sucesivas.
La violencia puede venir dada de diferente modos esta puede ser psicológica y física, esta merma la confianza y la individualidad y a menudo suele darse en los colectivos más vulnerables como pueden ser los niños, mayores, discapacitados, refugiados o inmigrantes...
A menudo se dan círculos viciosos generacionales en las que las generaciones posteriores repiten el patrón que aprendieron y con el que se educaron siendo niños, a veces no se llega a discernir esa relación de maltrato o abuso por lo que se acaban invirtiendo los roles y el abusado acaba convirtiéndose en el que abusa.
Algunos signos que muestran falta de confianza o autoestima y que pueden ser indicativos de la existencia de familias disfuncionales donde se puede estar dando un clima que ponga en riesgo la seguridad básica en la crianza. Pueden ser los problemas o desequilibrios alimenticios, la necesidad de aislarse o distanciarse de ámbitos que integran el sostén de la persona, comportamientos conflictivos que busquen revelarse o imponer un criterio de justicia que en su propio hogar no encuentran, problemas o predisposición al consumo y dependencia de sustancias, adicción al trabajo o a las compras compulsivas, problemas y dificultades para poner límites, problemas de desatención y fracaso escolar.
Por otro lado hay un factor que puede también influir en los problemas de autoestima que como tal se da de manera frecuente y está más normalizado no con ello quiere decir que sea algo que valorar, y es la presión y exigencia constante de padres para quienes el trabajo o valor de los resultados que los hijos obtienen nunca es suficiente o no tiene el valor debido a las altas expectativas o a las ambiciones desproporcionadas de los padres, sin tener en cuenta el verdadero esfuerzo dedicado. Al final el cariño o afecto dedicado queda condicionado a lo que el niño haga o consiga en favor a los desean los padres de él.
Por lo tanto hay que tener en cuenta que los diferentes tipos de familias disfuncionales pueden erosionar y desestabilizar las bases esenciales de una familia de uno o varios miembros, el conflicto existirá de manera constante y permanente, rompiendo y generando lazos de desconfianza entre los miembros, menoscabando la sensación de seguridad, integridad y confianza básica de ahí que salir de un entorno tan complicado y de las secuelas que calan profundamente, no sea tarea fácil. No obstante el principal fin es encontrar entornos donde se fomenten verdaderos valores de confianza y respeto puedan sanar, beneficiar y recomponer las partes más destruidas del ser de la persona.
